El mercado inmobiliario sigue batiendo récords. De acuerdo con el INE, las compraventas de casas subieron un 18,8% interanual en junio, cifra no vista en este mes a partir de 2007, y se cerraron un total de 58.010 compraventas. A medida que tanto, el trabajo cayó en julio por primera ocasión en 11 años y los domicilios siguen perdiendo poder adquisitivo -el dinero vale ahora un 10,8% menos que el año pasado-. Y aunque las cifras en la zona de los bienes raíces siguen siendo alentadoras, comienzan a verse los primeros signos de ralentización. El mismo informe del Instituto Nacional de Estadística, ejemplificando, detalla una caída mensual del 3,8% en la proporción de compraventas.
Los especialistas del comparador inmobiliario HelpMyCash.com estiman que esta tendencia hacia la ralentización se acentuará a lo largo de los siguientes meses a raíz de la subida de tipos de interés realizada en julio por el Banco Central Europeo. Si bien esta medida pretende contener la inflación, además tiene un impacto directo sobre el euríbor y, de manera, genera un encarecimiento en las hipotecas que llevaría a minimizar la demanda de casa en el corto plazo.
“Es lógico aguardar que las compraventas se moderen si poseemos presente el encarecimiento de las hipotecas y la reducción en la función de ahorro de las familias. Sin embargo aquello no supone que vayan a paralizarse por completo las transacciones”, sostienen a partir de HelpMyCash. Y agregan que el reto para los propietarios que quieran vender su piso en los siguientes meses es mejorar la táctica de comercialización, estar dispuestos a comerciar el costo y, más que nada, no perder la prudencia.
En un mercado donde abunda la demanda ante la oferta, como ocurrió hasta ahora en España, se debe hacer los esfuerzos justos para hallar un cliente. Empero la tendencia comienza a modificar y, en un entorno de escasez de demanda, resulta pertinente optimizar los recursos para que la propiedad destaque ante las otras. Esto se consigue perfeccionando la táctica de comercialización, o sea, haciendo un trabajo el aspecto de la casa, maximizando los recursos en los portales inmobiliarios (visitas virtuales, planos, fotografías, vídeos…) y, primordialmente, realizando una valoración idónea antecedente de situar la propiedad a la comercialización, entre otras cosas.
“La valoración de la casa es la clave para venderla veloz. Una vivienda que sale a la comercialización a costo de mercado, por regla establecida, tarda menos en venderse que otra que se publica a un costo elevado”, apuntan los profesionales. Por esa razón aconsejan disponer de la ayuda de un representante inmobiliario que logre hacer una valoración profesional. “En un escenario donde las modalidades de comercialización se disminuyen, el apoyo de un experto puede marcar la diferencia”, agregan.