Aunque según el Instituto Nacional de Estadística (INE) el número de créditos hipotecarios aumentó un 13,5% hasta los 41.022 préstamos en octubre respecto al mismo mes de 2021, la realidad es que mensualmente -es decir, en comparación a octubre- se registraron mediante septiembre, las hipotecas de viviendas cayeron un 7% y los préstamos de capital también cayeron un 2,8%.
Esta ligera caída de las hipotecas es un síntoma muy pequeño, apenas perceptible, de lo que todos los analistas llevan meses pronosticando, pero que curiosamente no ha sucedido hasta ahora. Será una relajación, estabilización, ralentización, estancamiento, crisis, quién sabe qué adjetivo usar, en la industria inmobiliaria, que sin embargo tiene fecha temprana de 2023.
Y, lógicamente, se debe a la caída en la venta de viviendas por la suba de las tasas hipotecarias, que a su vez se debe a la constante alza del precio del dinero por parte de las autoridades monetarias para frenar la inflación galopante., debido principalmente a la guerra en Ucrania y al aumento de los precios de los combustibles. En definitiva, una situación que no inspira optimismo.
En su última reunión de 2022, el Banco Central Europeo (BCE) decidió subir los tipos de interés en 50 puntos básicos, hasta el 2,5%, frente a las dos anteriores subidas de 75 puntos básicos, aunque ya lo había anunciado en su comunicado de subida. el precio del dinero hasta que alcance niveles suficientemente restrictivos para que los precios en Europa vuelvan al nivel objetivo del 2 % a medio plazo. Además, tras esta última subida de tipos, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, afirmó que una subida de 50 puntos básicos como la anterior podría convertirse en la “nueva normalidad” de la institución durante un tiempo hasta que consiga fijar tipos allí, donde la Institución Europea piensa que deberían serlo.
Según Luis de Guindos en una entrevista con el diario francés Le Monde, "todavía tenemos que hacer más para contener la inflación y no tenemos otra opción" porque si no se controla la inflación "no será posible una recuperación económica".