La subida vertical de tipos de interés y su impacto en el mercado inmobiliario ya están en marcha. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el precio de la vivienda vacante se ralentizó hasta el 5,5% interanual en el último trimestre de 2022, el crecimiento más lento en más de un año. Esta "recesión inmobiliaria" afectará al entorno de compra y alquiler, reduciendo tanto los precios como las ventas, aunque de forma desigual, advierte Gonzalo Bernardos, catedrático de economía y director del Máster en Inmobiliaria de la Universidad de Barcelona.
Cualquiera que pueda permitirse los apartamentos más exclusivos cultiva la buena forma. En la capital española en concreto, el precio del metro cuadrado de las propiedades de lujo de Engels & Völkers (EV) ha subido un 13% respecto al año anterior. En Barcelona el incremento fue del 4,1% y en Valencia (7,6%) se observó un aumento similar. El motivo de esta tendencia, según la inmobiliaria, es que la demanda de los extranjeros sigue siendo mejor que la de los locales, que está en descenso y supone el 40% del mercado de vehículos eléctricos.
El último dato de compraventa de viviendas del INE deja un "regusto agradable": sube un 6,6% hasta las 56.372 transacciones. Pese al buen comienzo de año, Bernardos sostiene que este crecimiento es un espejismo y que la subida de tipos de interés tendrá un impacto negativo en el mercado, pero el impacto en los precios será mínimo. En su opinión, los compradores con menos recursos serán los más perjudicados, ya que la subida del euríbor hará que estas personas sean más reticentes a comprar y los bancos más reacios a prestarles dinero. Por otro lado, los compradores de viviendas de alto nivel "bajarán sus expectativas" y buscarán precios más bajos, pero eso no cambiará su decisión de compra, cree el experto.