La pandemia ha obligado a transformar las calles comerciales más caras de España. Muchos operadores se han visto obligados a cerrar las puertas de sus establecimientos, dejando un excedente de espacio vacío en el mercado. A finales de marzo, el nivel de disponibilidad en las principales calles comerciales de Madrid y Barcelona aumentó más de un 10%, según un estudio de la consultora Savills Aguirre Newman.
En Madrid, se elevó al 10,7%, debido principalmente al aumento de la superficie vacía en Sol, que alcanzó el 20% de los espacios vacíos. Con una caída media del 8% en los últimos doce meses, los alquileres en Madrid se mantienen por encima de la variación cíclica registrada en 2014.
En el mercado de la calle principal de Barcelona, el aumento del 10,32% de la asequibilidad fue impulsado por la elevada tasa de vacantes en Portaferris, del 24%. Asimismo, los alquileres en Barcelona cayeron una media del 9,68% y se acercaron a los niveles de 2017, continuando con la subida tras un punto de inflexión en el mercado barcelonés.
Según la consultora, el aumento de la asequibilidad es una mala noticia, pero también una buena, ya que ofrece una situación inédita para las marcas en los últimos años, gracias a la capacidad de encontrar ubicaciones estratégicas con alquileres más asequibles cíclicamente, fórmulas con alquileres escalonados o variables y la disposición de los propietarios a ser más flexibles en la negociación de las condiciones contractuales en la situación actual.
De hecho, algunas marcas internacionales y de menor tamaño han encontrado ubicaciones para sus tiendas, aprovechando las oportunidades del mercado. En Madrid, todavía hay emoción en el panorama de la contratación: Moncler abrirá pronto en el número 72 de Serrano, Uno se trasladará al número 42 de Serrano, una nueva tienda insignia de Bershka abrirá en el número 13 de Preciados, y Zara y Stradivarius han anunciado aperturas en el Edificio España de Madrid.