La innovación en la zona inmobiliario es polifacética

La innovación en la zona inmobiliario es polifacética

La RAE define la innovación como "modificar o reconstruir algo, incorporar una novedad". Para la zona inmobiliario, esta innovación se muestra de diferentes modalidades. A partir del fomento de diseñar y edificar tipologías arquitectónicas que respondan a las comunidades variables, hasta la adhesión de la tecnología en procesos que mejoren la administración de los activos para vendedores y consumidores.

Según Ana Puig-Pey, codirectora del Máster en Administración de la Innovación Inmobiliaria de la Escola Sert del Col-legi d'Arquitectes de Catalunya, la gente innova desde la curiosidad, que es un motor para modificar las situaciones existentes con propuestas de costo agregado. "En la situación del sector inmobiliario, los desafíos a los que se afrontan las localidades y los habitantes son una fundamental palanca de cambio para activar la innovación, que no posee por qué ser exclusivamente tecnológica. Puedes dedicarte a la innovación gestionando y ofreciendo tipologías innovadoras que continúen procesos semejantes a los que experimenta una start-up; construcción de prototipos, pruebas de campo y al final obtener un producto o servicio comercial", explica.

Jonathan Rose, gurú del urbanismo y promotor, muestra que los primordiales desafíos a los que se afrontan las metrópolis son la escasez de recursos, el incremento demográfico, el calentamiento global, la cohesión social y la inmigración. La innovación se está convirtiendo en un instrumento necesaria para afrontar a dichos desafíos, que necesitan un enfoque innovador y en el cual el área inmobiliario se está convirtiendo en un actor clave.

"Hay una gigantesca necesidad de dar casas asequibles y de instantánea creación que logren aceptar a las llamadas poblaciones vulnerables. Sin embargo, gracias a los cambios que permanecen experimentando las familias, ha incrementado la demanda de tipologías flexibles, aunque son difíciles de ejercer debido a que la obra no es todo lo flexible que uno quisiera", dice Puig-Pei.

Conforme el experto, una de las tipologías innovadoras que ha cobrado fuerza es el modelo cooperativo, como la casa compartida o el co-working, una elección, más que nada la primera, al modelo de casa clásico, que el Ayuntamiento de Barcelona explica como una elección "que posibilita a una sociedad de individuos vivir en un inmueble, sin ser propietarios ni caseros, a lo extenso de un largo lapso -de 50 a 100 años- y a costos por abajo del mercado".

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