Los propietarios tienen la oportunidad de obtener ingresos adicionales al vivir en ellos. Este es un enfoque bastante interesante que promete revolucionar el mercado inmobiliario.
España sigue siendo un territorio donde se acostumbra comerciar en lugar de alquilar. Este comportamiento es muy diferente al comportamiento de la mayoría de los países europeos, donde gran parte de la población prefiere alquilar vivienda.
El consultor inmobiliario Eduardo Mole destaca que más del 70% de los vecinos son propietarios de vivienda propia. Este porcentaje se eleva a casi el 90% entre los mayores de 65 años. El organizador del 1er Salón Inmobiliario Bare Property también está revelando una nueva tendencia que llegará pronto al mercado.
Explica que “Cada vez son más las personas mayores de 60 años que optan por vender su vivienda sin renunciar a seguir viviendo en ella. Tienen la oportunidad de vivir en él hasta el final de su historia y recibir ingresos adicionales al jubilarse. “Esto es lo que se conoce como nuda propiedad.
Beneficios de la nuda propiedad
Se advierte que este tipo de operaciones jugarán un papel fundamental en el futuro del sector. No solo gana el que vende la casa y se queda a vivir en ella. El cliente también se verá beneficiado, ya que tendrá la oportunidad de vender la propiedad a un mejor precio.
Este criterio puede resultar nuevo para muchas personas, pero puede resultar interesante familiarizarse con él. Estamos hablando de "el derecho de una persona a una cosa de la que es propietario exclusivo". Con la restricción de la ausencia del derecho de posesión y uso de la misma, que pudiera ser el derecho del titular del usufructo de un tercero.
Como explica Idealista, la "nuda posesión" sólo está relacionada con la posesión del inmueble en cuestión. jugar al usufructuario.
Tendrás “derecho a usar la cosa”, dicen. Para el propietario, este tipo de marketing es un gran beneficio. Podrá continuar viviendo en la casa, ganando dinero con el comercio de bienes raíces.
El dueño de la nuda propiedad tiene título de propiedad que no podrá usar por un cierto período de tiempo. Caerá en su posesión solo después de la muerte de la persona que se lo vendió.