Si está vendiendo, dese prisa; si está comprando, tómese su tiempo

Si está vendiendo, dese prisa; si está comprando, tómese su tiempo

"Date prisa si estás vendiendo. Tómese su tiempo si va a mercar. Quédate si has pedido un préstamo", aconsejan los profesionales financieros.

Por cierto, un endurecimiento de la política monetaria conduciría a un enfriamiento de la demanda, lo cual realizaría caer los costos de la casa. Por consiguiente, los vendedores han preciado apretar el acelerador y los consumidores han preciado aguardar. ¿Sucederá lo mismo en España? En BI Spain hemos preguntado a profesionales en la materia.

De acuerdo con el Consejo Gral. de Colegios de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (COAPI), "un óptimo instante para vender ahora, un óptimo instante para mercar en unos meses".

A partir de que el Banco Central Europeo (BCE) inició a subir apresuradamente los tipos de interés en julio, septiembre y las siguientes semanas, el Euribor subió como la espuma. Concluyó agosto por arriba del 1,7% y ahora amenaza con concluir septiembre por arriba del 2%. Esto representa el más grande crecimiento anual de los tipos hipotecarios a partir del año 2000.

Referente a los propietarios que anhelan vender sus casas, María Matos, directora de estudios y portavoz de Fotocasa, apunta que "quizá aprovechen esta última oleada de demanda anterior a que amaine, por lo cual podríamos ver buenos resultados antecedente de que acabe el año".

Generalmente, los profesionales concuerdan en que la oferta tratará de aprovechar el dinamismo que todavía muestra el mercado, dada la gran incertidumbre y el miedo a que la recesión agrave el trabajo y la economía.

Un bajón moderado de los costos (tanto si caen como si no) se atribuirá a una disminución de la compra de casas.

Una vez que pase la prisa por mercar casas en un ámbito de bajos tipos de interés, la demanda se ralentizará. "Se calcula que el incremento del Euribor podría incrementar los pagos de intereses de la hipoteca media en unos 1.200 euros al año, mientras tanto que la inflación, en especial de la energía y los alimentos, podría devastar los presupuestos parientes en 3.000 o 4.000 euros al año", dice Echavarren.

María Matos apunta que "aún no hay señales de reducción o estabilización de los costos". Primordialmente ya que sigue habiendo una intenso demanda y, sin embargo, una grave escasez de oferta, empeorada por la parálisis de la nueva creación.

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