Manantiales, ríos, regiones de cerro y de prados, plantaciones forestales, coto de caza, carreteras internas… Lo más singular del rural en una expansión de 4.500 hectáreas, la finca más enorme en comercialización en España. ¿Dónde se encuentra? Acostumbrados a que las enormes parcelas se encuentren en Andalucía o en Castilla, llama la atención que el más grande lote con el cartel de Se vende esté en Galicia, una tierra donde el minifundismo pertenece a su ADN. Los dueños rechazan revelar el sitio preciso en el cual se oculta esta propiedad que equivale al tamaño de un municipio como Oleiros, sin embargo “toca parte de ambas provincias con más rural” de la sociedad —Ourense y Lugo—, según resaltan a partir de Aldeas Abandonadas Real Estate, la plataforma jefe en compraventa de bienes singulares que gestiona esta operación. El costo no llega a los 8 millones de euros, aunque como en cada una de las características, más en las que sobrepasan los 6 ceros, es negociable.
Realmente bien situada y alrededor de todos los servicios. Buenos accesos”, recoge el anuncio de la comercialización del complejo en la página web aldeasabandonadas. com. Gracias a sus magnitudes, la finca da toda clase de uso, a partir de forestal, agrícola, coto de caza…
Cada vez más empresarios fijan su mirada y su cartera en el rural gallego. “Las fincas rústicas permanecen en la diana de los gigantes inversores y fondos, más selectos, y que de instante no han experimentado un importante ascenso de precios”, resaltan a partir de la Inmobiliaria Aldeas Abandonadas Real Estate. Las maneras son de lo más variopintas, a partir de plantaciones forestales, explotaciones agroganaderas, cotos de caza, zonas de pesca, campos de golf, circuitos de karts, rutas a caballo, viviendas en los árboles…
La enfermedad pandémica ha convertido a Galicia en el escaparate inmobiliario de más grande llamativo para monumentales inversores. Primero fueron los pazos, viviendas solariegas y castillos. Ahora, son las tierras. “Tienen el capricho de invertir en Galicia; la sociedad gallega está de moda”, explica Elvira Fafian, gerente del portal Aldeas Abandonadas. Y la crisis del Coronavirus no hizo más que incrementar aquel interés por las regiones apartadas de la urbe. Como para familias que buscan huir del bullicio del centro y adolescentes que desean emanciparse en las superficies metropolitanas como para enormes fortunas y fondos que anhelan emprender un comercio en plena naturaleza. “La crisis otorgó notoriedad a quien no conocía el rural; la enfermedad pandémica contribuyó a situar los ojos en otras zonas”, destaca Fafian sobre el repunte de características en comercialización en la Galicia vaciada y el crecimiento de la demanda por esta clase de bienes. “Quienes se fijan en Galicia para la compra de fincas vienen con inversión”, garantiza la gerente de Aldeas Abandonadas.
Empleo y asentamiento
Los costos hace 5 años eran fundamentalmente fijos, sin embargo actualmente hay bastante oferta y los propietarios anhelan vender, no a cualquier costo, sin embargo permanecen dispuestos a rebajas relevantes. Con la crisis provocada por la enfermedad pandémica, hay mucho regateo en el costo, con rebajas de entre un 20 y un 25% en las características más costosas.
“En la sociedad gallega hay Bastante buenas tierras y los proyectos inversores que se hacen producen trabajo, a partir de hacer los desbroces o hacer las plantaciones hasta los contratos del nuevo uso, y. bastante fundamental, asientan población”, ensalza Fafian. A lo largo de varios años, cuenta, las fincas rústicas han estado paralizadas: “No había mercado para esta clase de tierras, sin embargo ahora la población se está animando”.