El campo se convirtió en un activo más demandado en los últimos meses y el número de operaciones de compraventa de fincas rústicas que se cierran proporcionan declaración de eso. En lo cual va de año, en la provincia de Localidad Real se han formalizado hasta 2.082 operaciones de esta clase, lo cual coloca a Localidad Real como la cuarta provincia española en el cual hubo más transmisión de fincas rústicas entre los meses de enero y abril, únicamente por detrás de Burgos, con 2.624; de la vecina provincia de Toledo, con 2.106, y de Alicante, con 2.105 operaciones de compraventa.
Las fincas rústicas se han convertido en un objeto de quiero. A partir de las parcelas de secano a las de regadío (más rentables que las primeras), empero además las casas fuera del casco urbano, como cortijos o caseríos, las naves agrícolas o las explotaciones agrarias que aglutinan a partir de tierras hasta construcciones. En los últimos doce meses, el número de operaciones de compraventa de esta clase de fincas en la provincia se eleva a 5.794, en esta situación la quinta más alta española, debido a que a las regiones previamente señaladas además se suma Murcia.
«El campo se consolida como costo refugio para ahorradores e inversores en un entorno inflacionista. Vemos que la compraventa sigue en máximos históricos y que, si atendemos a los datos del cuatrimestre 2022, se perfila como el mejor año de la última década», asegura Regino Coca, fundador y CEO de Cocampo, portal especializado en la compra y arrendamiento de fincas rústicas.
A partir de la escuela de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, su mandatario, Emilio Sánchez Suñé, explica a La Tribuna que si bien no cuenta con los datos estadísticos, sí constata las tendencias que hay en la calle y que, en esta situación, pasan por buscar más fincas en el campo.
«El mercado se está moviendo pues la población, entre que tiene dinero ahorrado de la enfermedad pandémica, y por el temor a que los tipos de interés suban, quien está pensando en mercar, por el momento no se lo supone y compra. Y referente a las fincas rústicas, imagino que hay gente que querrá invertir y lo ve como costo seguro, o gente que querrá vivir en el campo y estar más aislado, con la moda esta que se ha puesto de relieve en la pandemia», dijo, como varias de las razones que tienen la posibilidad de estar detrás de esta tendencia al levanta.
La valoración de Suñé coincide con la del responsable del dicho portal, que sugiere que los perfiles de consumidores son los de quienes ven en las fincas rústicas interés «tanto de inversores que buscan diversificar sus activos, de propietarios de explotaciones agrícolas y ganaderas, como de individuos con un cierto poder adquisitivo que buscan en el campo un cambio de estilo de vida».
La enfermedad pandémica ha cambiado el chip en varios domicilios. De gozar del bullicio y de las oportunidades que suponen las gigantes localidades, en ocasiones a costa de vivir en pisos pequeños insertados en gigantes urbanizaciones, se pasó a «ver el viento independiente y los espacios monumentales como un privilegio». Y aquel éxodo de la urbe al campo arribó además de la mano del teletrabajo, lo cual pudo advenir a paliar, aunque sea de manera leve y por regiones, la tendencia sin freno que seguía la España vaciada, dijo Sánchez Suñé.