La semana pasada, María se dirigió a la oficina de una inmobiliaria de Torrevieja para vender su piso. Esta señora del Reino Unido describió entre lágrimas que vendía la propiedad pues su esposo había fallecido y con su pensión podía llegar con el fin de mes en España. Además, tras el Brexit, tiene muchas dudas sobre si la Estabilidad Social le seguirá proporcionando un seguro doctor o si deberá costear un seguro privado. Por esa razón ha decidido vender su vivienda y volver a su poblado en el Reino Unificado.
Ejemplos semejantes se repiten todos los días en regiones con enorme presencia del Reino Unido. "En municipios como Guardamar, Torrevieja y Orihuela Costa (situados en la provincia de Alicante), así como en la costa de Murcia y en la provincia de Almería, la comercialización de casas de parte de residentes británicos es una tendencia generalizada, no es un desplazamiento masivo sin embargo sí constante", explica Santiago Sánchez, director de Engel & Völkers Torrevieja y Orihuela, una tendencia que además se alarga a la Costa del Sol, en Málaga, según los operadores del área.
En el tercer trimestre los habitantes británicos han dejado de acaudillar la lista de compras de casas a causa de extranjeros en España, por primera ocasión a partir de que los registradores iniciaron a llevar a cabo estas estadísticas, fueron sustituidos por los alemanes (que firmaron 1.700 operaciones ante las 1.600 de los británicos).
La situación de María no es un caso aislado. Aunque parece un tema familiar, el entorno que lo circunda es la incertidumbre tras la salida del Reino Unificado de la Alianza Europea, combinada con la enfermedad pandémica y la desfavorable situación económica.
Incertidumbre: el Brexit entró en vigor el 31 de diciembre de 2020. A partir de entonces, los británicos han perdido varios de los privilegios de la ciudadanía de la UE y la burocracia para obtener, ejemplificando, un permiso de residencia de bastante más de 3 meses se ha difícil. Además, dichos relevantes cambios se produjeron a lo largo de la enfermedad pandémica. Este entorno ha animado a varios británicos a volver a su territorio y volver a la vida anterior a la jubilación o la prejubilación. "Esto perjudicaba más que nada a los individuos más grandes que se sentían inseguras fuera de su territorio y preferían volver con sus familias y suceder a España únicamente de vacaciones", explica Setareh Mohregi, director mundial de Gilmar en la Costa del Sol.
"Por cierto, aunque la demanda de los británicos ha disminuido un poco, el interés de los consumidores de entre 39 y 49 años sigue presente", incorpora. Además, esta agencia inmobiliaria identifica una totalmente nueva práctica: los británicos que ya tienen una propiedad y desean mercar otra para que su inversión supere los 500.000 euros y de esta forma obtener un Golden Visa. Este visado de inversor, válido a partir de 2013, posibilita vivir en el territorio a lo largo de 1-2 años (renovables) y necesita ir a España solo una vez al año (a diferencia de otras residencias, que necesitan un mínimo de 6 meses de estancia).