La inversión inmobiliaria española suele considerarse llamativa y conservadora, gracias a su especificidad y evolución históricamente positiva de los costes. A pesar de que la crisis iniciada en 2008 nos enseñó que ninguna inversión está exenta de riesgo, los 'ladrillos' son el coste del cobijo, sobre todo en tiempos de inflación como la que estamos viviendo, que sigue siendo muy demandada.
Subjetivamente hasta hace poco tiempo, este tipo de inversión, además de lo que ofrecen los fondos inmobiliarios clásicos, requiere al menos desembolsos iniciales básicos y el cumplimiento de requisitos bancarios para la financiación, de ahí la enorme limitación a personas físicas con patrimonio importante.
La irrupción de la figura de Socimi en el mercado español ha hecho posible que un gran público pueda entrar en la inversión inmobiliaria a través de un mecanismo transparente que garantiza una liquidez constante y una productividad estable a través de requisitos regulares de reparto de dividendos.
Hoy surgen nuevos formatos de inversión inmobiliaria que tienen como objetivo democratizar aún más la inversión inmobiliaria y revolucionar el sector a través de la transformación digital. Sin perder de vista que España, tras Estados Unidos, es la segunda región del mundo con mayor interés en invertir en este sector, aquí van las propuestas proptech más impactantes.
Comencemos con la productividad de los inquilinos. Hay una organización en España llamada PropHero que utiliza big data para asegurarse de poder detectar las regiones más rentables para invertir. Su modelo de datos tiene en cuenta factores como la demografía, las tasas de arrendamiento, las tasas de crecimiento y las tasas de desempleo, lo que le permite evaluar de manera confiable el riesgo de incumplimiento, la liquidez de inversión y la dinámica de costos en una región determinada.
Para sorpresa de muchos, las regiones con menor riesgo de impago, falta de liquidez y pérdida de costes y las mayores rentabilidades están lejos de las grandes ciudades como Madrid y Barcelona, donde los costes inmobiliarios son mucho más elevados. Situada en las afueras de varias grandes ciudades españolas.
El servicio que brinda esta organización es el de descubrir propiedades para que los inversionistas puedan adquirir el 100% de la propiedad y tener total independencia para decidir cuándo venderla. El depósito mínimo es de unos 80 000 €, incluidos todos los gastos, y la rentabilidad récord del alquiler es de alrededor del 8 % anual.