Una de cada 4 viviendas en España tiene bastante más de 50 años. En torno al 55% de los 10 millones de inmuebles de nuestras propias metrópolis y pueblos se construyeron anterior a 1980. O sea, casi 6 de cada 10 de ellos aparecieron previo a la primera normativa con criterios de eficiencia energética que debían llevar a cabo.
Por consiguiente, no es exagerado mencionar que queda mucho por hacer para que el parque de casas español sea en verdad eficiente, o sea, que consuma lo suficiente para ser energéticamente sustentable.
Conscientes de esta realidad y deseosos de ahorrar energía para ayudar a la transición hacia la energía verde, la gestión central y las diferentes sociedades autónomas han puesto en marcha una secuencia de programas de ayuda financiera para quienes quieran suplir los conjuntos obsoletos de sus domicilios para ahorrar energía.
De las ventanas a la refrigeración
Hay muchas medidas que tienen la posibilidad de tomar. Quizá aislar el tejado o la fachada -los recursos por los que se huye la mayoría de la energía de los pisos- logre ser una cuestión de las sociedades de propietarios, que son las encargadas de movilizarse para la administración de las subvenciones.
Empero además hay posibilidades para las medidas particulares. Las posibilidades tienen la posibilidad de ser las más sencillas (por ejemplo, reemplazar la caldera por una más eficiente, o escoger electrodomésticos de categoría A que garanticen un porcentaje de ahorro en electricidad y gas), empero además otras que tienen la posibilidad de solicitar obras, como la sustitución de ventanas por modelos modernos más aislantes del calor y del sonido, la cuarentena de tejados y de los huecos por los que se huye la energía, la instalación de paneles solares en casas unifamiliares o la sustitución de sistemas de refrigeración/calefacción por alternativas de nueva generación más eficientes, como la aerotermia o la geo.
Para excitar el cambio, los diversos órganos de regimen convocan periódicamente ayudas y subvenciones para aliviar, total o parcialmente, la carga económica que tienen la posibilidad de dar por sentado las reformas que hacen que nuestro inmueble o casa sea más respetuoso con el medio ambiente.
No obstante, antecedente de usarlas, conviene considerar las condiciones de las vigentes en 2022.